miércoles, 11 de marzo de 2015

11 de Marzo 2004-2015


Eran las 7´36 de la mañana según el reloj de la estación. La gente corría para llegar a tiempo al trabajo, a su estudio, a su vida cotidiana, pero aquel día no sería igual que el resto... 10 explosiones casi simultáneas en cuatro trenes en hora punta de la mañana transformaron la ciudad de Madrid en un manto de lágrimas y dolor. Fallecieron 192 personas, y 1858 resultaron heridas. Pudieron ser muchos mas si las bombas hubieran tardado un poco más en explotar. De haber pasado eso, Atocha ya no sería una estación... Hoy será mucho mas que eso.

Han pasado 11 años de aquello y aún no se sabe con claridad quién estuvo detrás de esta barbarie. Tal como reveló la investigación policial y judicial fueron una serie de ataques terroristas en cuatro trenes de la red de Cercanías de Madrid llevados a cabo por una célula de terroristas yihadista. Aún nadie le encuentra lógica.

Los análisis científicos de los restos tras las explosiones dieron como resultado que se trataba de un explosivo del tipo de la dinamita. Las investigaciones posteriores, basadas tanto en la mochila que no estalló como en los restos hallados en el vehículo utilizado por los autores, determinaron que el explosivo utilizado por los islamistas fue Goma-2 ECO, del que se usa habitualmente en las canteras.

En la estación de El Pozo del Tío Raimundo hicieron explosión 2 bombas; en la estación de Santa Eugenia, una; y en un cuarto tren, junto a la calle de Téllez, en las vías que se encaminan a la estación de Atocha desde el sur, otras cuatro bombas. Las fuerzas de seguridad encontraron, en el interior de los mismos trenes, otros dos artefactos que habían fallado. Ambos fueron detonados por motivos de seguridad.

También se encontró una tercera bomba en la estación de El Pozo del Tío Raimundo, la cual realizó de forma inadvertida un periplo entre el IFEMA y varias comisarías de policía hasta ser finalmente examinada. Contenía 500 gramos de explosivo plástico Goma-2 ECO, metralla, un detonador y un teléfono móvil que hacía de temporizador, manipulado para que la alarma activase el detonador. Los indicios hallados en esa mochila permitieron establecer las primeras hipótesis firmes, y desencadenaron la persecución policial sobre los supuestos autores.

En la tarde del 13 de marzo una llamada efectuada a la televisión regional de Madrid Telemadrid permitió localizar en una papelera un vídeo en el que un hombre con acento marroquí, que afirmaba ser Abu Dujan al Afgani, posteriormente condenado por estos atentados, autodenominándose portavoz militar de Al Qaeda en Europa, reivindicaba su autoría.

El 3 de abril de 2004, la policía localizó y rodeó a varios miembros del comando terrorista en Leganés. Al verse acorralados, sus miembros se suicidaron haciendo estallar el piso en el que se habían atrincherado —siendo esto el primer atentado suicida de Europa— cuando los Geos iniciaban el asalto. En esta acción murió un agente del grupo policial, además de todos los miembros de la célula islamista allí presentes.

El número de muertos, el 23 de marzo de 2004, es de 190 (de ellos, 177 en el acto o durante los primeros minutos tras el atentado), y el recuento definitivo de heridos fue de 1857 personas lesionadas, con lo que este atentado supuso el segundo atentado más letal por el número de víctimas mortales —tras el derribo de un avión de la Pan Am en Lockerbie, el 21 de diciembre de 1988—, y el primero atendiendo al número de víctimas que había sufrido Europa hasta la fecha en tiempos de paz. El número de 202 fallecidos que se proporcionó en un principio fue reduciéndose debido a una mejor identificación de algunos restos. 

Los heridos fueron trasladados a diversos hospitales de Madrid. El número de afectados fue tan grande que fue preciso instalar un hospital de campaña en las instalaciones deportivas Daoíz y Velarde, próximas a la calle Téllez, para proporcionar las primeras ayudas y planificar la evacuación a instalaciones hospitalarias. 

El número final de muertos sería de 192 —más dos fetos de tres y ocho meses de gestación—, ya que a los 190 primeros fallecidos se sumó un recién nacido muerto el 10 de mayo, a las 48 horas de nacer, debido a las heridas sufridas por su madre en el atentado, así como el policía del GEO que murió en el asalto al piso de Leganés en el que se inmolaron los terroristas. Si bien es cierto, este último puede no aparecer en algunas fuentes, por lo que la cifra se rebaja a 191.

En su honor, en honor de sus familiares, amigos y en honor de todos aquellos que velan por nuestra seguridad, cuerpos y fuerzas de seguridad, organismos y ciudadanos que durante esos días se volcaron con las víctimas,va el post de hoy. Hoy por respeto a todos ellos sólo os recordaremos que pretendemos llevar al Papa Francisco un mensaje de paz y de concordia a través de la canción "Que Baile el Papa", pero esta vez no la situaremos en este mensaje.

IN MEMORIAM... 11M

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