domingo, 5 de abril de 2015

Domingo de resurrección y de huevos de Pascua

 

El Domingo de Resurrección es el día en que Cristo resucita después de ser crucificado, después va al encuentro con sus apóstoles y luego sube al cielo, también es el día en que finaliza la Semana Santa. El Domingo de Resurrección o de Pascua es importante para los católicos, ya que con la Resurrección es cuando adquiere sentido toda su religión.

En la Misa dominical este pasaje se recuerda de una manera especial. Se enciende el Cirio Pascual que representa la luz de Cristo resucitado y que permanecerá prendido hasta el día de la Ascensión, cuando Jesús sube al Cielo. Este día de resurrección es alegre pero triste para los Cofrades, alegre por la manifestación de la resurrección que sustenta la religión y triste porque la Semana Santa finaliza.

Es un día agridulce para multitud de fieles, por un lado celebran su fé y por otro dan por concluidas unas fiestas de gran emoción. La manera de celebrar esta despedida difiere mucho de una comunidad a otra.En general, suelen reunirse todos los cofrades que han desfilado a lo largo de estos días, y las muestras son de alegría por un Cristo resucitado.
Se realizan diversas procesiones religiosas, en muchas ciudades como coloflón de las fiestas desfilan representaciones de todas las cofradías, las procesiones de este día están llenas de color y alegria. Se mezclaran en los pasos capirotes de todos los colores que han desfilado a lo largo de la semana.

En algunas ciudades los nazarenos van vestidos de blanco hoy y reparten chocolatinas a los niños, como hemos podido comprobar a lo largo de la semana, cada comunidad tiene su propio toque en las procesiones, que les hace diferentes y únicas.

Hay pocas procesiones en el día de hoy...tampoco suele congregarse mucha gente porque en muchas ciudades comienzan a preparar las calles para volver a la rutina diaria, se recogen las sillas que se utilizaban para ver los pasos, se arreglan los balcones...las procesiones que hay suelen hacerse por la mañana y tienen el sabor de despedida de las fiestas y la vuelta a la tranquilidad.

Tras las últimas procesiones es habitual ir a disfrutar de la gastronomía propia de la ciudad en la que nos encontramos, y de las últimas torrijas hasta el año siguiente. Lo mismo sucede con la tradición de los huevos de Pascua, desde el jueves es habitual comprarlos.

Uno de los aspectos interesentes de esta festividad, es el gatronómico, ya que dependiendo de la comunidad en la que nos encontremos podemos probar distintas especialidades culinarias que sólo se elaboran en estas fechas y tienen un sentido para con la festividad. Una de estas tradiciones es la elaboración de los Huevos de Pascua.

La tradición de los huevos de Pascua va asociada a la imagen del conejo de Pascua que también tiene su peculiar leyenda: Ésta cuenta la historia de una mujer que pintaba huevos para sus hijos en la Pascua. Una vez decidió esconderlos en el jardín en distintos nidos. Cuando los niños encontraron los huevos, un conejo saltó del nido. Entonces, ellos pensaron que el conejo les había traído los huevos y así comenzó la historia

Esta imagen se transmitió a los Estados Unidos por los inmigrantes alemanes que llegaron al Pennsylvania Dutch Country durante el siglo XVIII. Los niños creían que si se portaban bien, el Oschter Haws, que era el nombre que daban al conejito, pondría huevos de colores. Construían nidos en lugares apartados o escondidos de la casa, el granero o el jardín, para que éste pusiera sus huevos. Más tarde empezaría la tradición de construir elaboradas cestas para poner los huevos.

Sea o no verdad, los huevos, en todas las culturas, han representado el nacimiento de la nueva vida, la alegría, el renacer. De ahí que se adecúan perfectamente al sentido que este día tiene para los católicos. 

Además, todo esto no es nuevo, la imagen del conejo tiene su origen en las celebraciones anglosajonas pre-cristianas... El conejo, un animal muy fértil, era el símbolo terrenal de la diosa Eastre, a quien se le dedicaba el mes de abril. Esto unido al significado de los huevos, y el hecho de que se utilizaban éstos como moneda de pago en la Edad Medieval en estas fechas, es lo que ha dado lugar a la extraña conjunción del conejo de Pascua.


LA MONA DE PASCUA CATALANA 
Una de las tradiciones de Semana Santa más arraigadas en Barcelona es la mona. Hasta la segunda mitad del siglo XX, era una costumbre muy extendida ir a comérsela fuera de la ciudad el lunes de Pascua. Grupos de familiares y amigos pasaban el día fuera, muy a menudo en una fuente. Hacían una comida y, de postre, se comían la típica mona. 

Pero, tal como la entendemos hoy, la mona es una creación bastante reciente y ha ido evolucionando mucho en el curso de los años. La receta tradicional es conocida, por lo menos, desde el siglo XV, y originalmente no llevaba chocolate. Consistía en un pan de masa de brioche dulce, de forma redondeada, que era coronado con huevos duros. La tradición dice que la mona debe llevar tantos huevos como años tiene el niño que la recibe. Parece que el chocolate se añadió en el siglo XVI, en Barcelona, con la llegada del cacao proveniente de América. Rápidamente se extendió por todas partes la costumbre de cambiar los huevos duros por huevos de chocolate. 

Hoy en día la mona puede ser un pastel o una simple estructura de chocolate. Las de pastel están hechas con bizcocho, mantequilla y fruta confitada y se decoran con huevos de chocolate, plumas de colores y polluelos de fieltro. También son muy frecuentes las figuras, generalmente de temática infantil y elaboradas en pastelerías. Como pasa en muchos otros ámbitos de la cultura popular, la mona es un elemento vivo y cada año se hacen monas relacionadas con temas de actualidad.  

El hecho de comer huevos por Pascua es una práctica muy extendida en diversos países de Europa. En muchos lugares existe la costumbre de vaciarlos y decorarlos. Eso lleva a pensar que es un ritual anterior al cristianismo y que podría tener relación con la fecundidad de la primavera. De hecho, el consumo de huevos con la llegada del buen tiempo tiene una explicación científica: cuando sube la temperatura ambiental, las gallinas se vuelven más ponedoras.  

Como curiosidad comentar que el Domingo de Resurrección es el culpable de que los domingos sean los que se consideran festivos y de descanso en la semana, ya que como es una fiesta clave del calendario litúrgico, en los primeros siglos del cristianismo, gracias a ella se cambió el día dedicado al descanso y a la alabanza a Dios nuestro creador, del Sábado al Domingo. En la religión judía en cambio, como no se reconoce la resurrección de Cristo, el día festivo sigue siendo el Sabbath o sábado.

Nosotros hoy, como cada día, trabajamos para mostrarte el video que puede cambiar tu percepción de las cosas y animarte a mover todo el cuerpo  sin parar. Recuerda... hoy, mañana y siempre...


¡ QUE BAILE EL PAPA !

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